De chico le llamaban “el Elegido” ya que fue el único bebé que sobrevivió al Judasismo, una corriente religiosa salteña. Nico, “el Pingo de las sierras” como le llamaban sus padres, realizó varios milagros en la zona.
Todos recuerdan cuando multiplicó los panes en Bistró del Poeta, o cuando vio a un niño entumecido y le dijo: “Caretó, levántate y anda”. Ya en Córdoba caminó sobre las aguas del Suquía. En su actual trabajo está sentado a la diestra de Daniel Santos.
Su carrera futbolística fue regional. Se recuerdan equipos como Narcopolicial de Catamarca y Los Ravioles de Rafael. Pero el equipo donde más se destacó fue Hermanas Calzadas del Valle, donde convirtió 666 goles.

La Furia lo resucitó del ostracismo al que había caído y lo convirtió de nuevo en ídolo de masas (cuac). Su pierna derecha es venerada todos los miércoles de cenizas, cuando su “estigma” en la rodilla no permite la coagulación de sangre y sus fanáticas se tatúan la tinta roja de su ser.
Un libro: Isla y laberinto, de Sergio Suppo.
Un hobbie: Comer masa cruda
Un ídolo: su padre, José María Pérez Marchetti
Un color: rosa viejo
Una frase: Perdonalo señor, Tosello no sabe lo que hace
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