martes, 7 de abril de 2009

Derrota con el dueño de la pelota

Por JC.

Los partidos a veces se pierden porque un equipo fue superior al otro o por una jugada clave en la que el balón pega en el travesaño y pica en la línea y en la acción siguiente el equipo rival anota con una pelota parada. En el que perdió la furia el sábado pasado, apenas, la jugada clave fue el instante en que Joe Pérez decidió no llevar el paraguas.
Lo supimos todos en cuanto alguien preguntó por el objeto borgeano ausente, bajo un cielo plomizo que finalmente no estalló. Perdimos 2-1 con La Voz Logística, el equipo del comisario, del dueño de la pelota o del que le paga a los de negro y encima entrega los premios. La cábala del paraguas podría haber torcido esta historia.
El gol furioso llegó en los primeros minutos, con nuestro cuadro bien parado atrás (Ramia, Rojas, Fundun), ágil y ordenado en el medio (Calesita Gómez, Gaby y Leñador Simo) y sacrificado adelante con el Ogro Guzmán, bajando las pelotas. Así llegó el primer gol: pelota parada, la baja de espalda al arco y define a un palo el Gaby.
El equipo del comisario no reaccionaba y sólo llegaba erráticamente. Ya no recuerdo si antes del empate tuvo algún arribo de peligro para el arco de nuestro Llanero Solitario (si no entienden el apodo remítanse al MSN), pero me queda en la memoria que salíamos rápido en ataque y que podríamos haber ampliado la diferencia con una figura calcada del gol, con los mismos protagonistas. El soplapito comenzó a inclinar la cancha, bastante complicada por el viento y la falta del paragua de Joe, cobrándonos en contra todas las pelotas divididas y sin marcar algunas faltas que nos hicieron en ataque, como esa en la que no se protegió la habilidad del Leñador y se dejó pasar un claro empujón cuando se aprestaba a peinar la pelota para el Ogro. Este jugador también acusa haber recibido un cabezaso letal en su cabeza, versión que respalda días después exhibiendo un chichón, pero en el equipo se hablaba por lo bajo de un ajuste de cuentas en Monte Cristo por llegar a la medianoche cuando el partido terminó antes de las 14.
Quisiera decir que el partido se perdió por las jugadas desafortunadas del Llanero Solitario (salió fuera del área en forma innecesaria y se sacó la pelota mal y así llegó el empate), que jugó con una muela infiltrada, pieza fundamental para todo arquero, o por la de Trompito Rojas ("quise hacer un amague", llegó a decir en el tercer tiempo) con la que el equipo del organizador se puso al frente en el marcador. Pero sería pasar por alto que tal vez el rival tuvo más llegadas, aprovechando nuestro empuje desesperado al estar en desventaja, y sobre todo más panza. Acá me quiero detener. El Leñador no conocía la susceptibilidad de cierto jugador rival acerca de frases típicas de un partido caliente ("Sos un impresentable" o "No puede ser que todos los partidos te hagan lo mismo, te debería dar verguenza" y etc), por lo que no imaginaba una reacción como la que hubo en el segundo tiempo: apenas un roce en la zona de la entrepierna (él dijo en los huevos, pero sus propios compañeros felicitaban a La Furia por habérselos encontrado) y se desató su ira. Después hubo otra acción lamentable por parte del equipo rival, otra vez atentando contra la habilidad del mediocampista, por lo que vio doble amarilla y roja. Nadie entiende cómo terminó el partido el Leñador y cómo el Ogro Guzmán sigue teniendo impunidad para la poesía que se advierte en el post anterior de este blog.
Sobre el final, en la última jugada, el soplapitos nos arruinó el empate heroico, tras un largo lateral que fue conectado con una palomita digna de un ballet del Ogro. El "árbitro" anuló la jugada por falta sobre el arquero. Cuando todos nos retirábamos con la excusa perfecta para dirigir nuestros odios por la derrota contra el soplapito, Gaby admitó que había cargado sobre el 1. "Pero igual no llegaba", acotó.

Uno por uno.

El llanero solitario (5). Jugó con una muela infiltrada o con un bolo de coca obtenido en cierta intercambio con mujer norteña. No se sabe bien. Igual no sería dengue. Atajó ataques importantes y no sacó como en metegol, pero la regaló en el empate, por lo que pierde puntos.

Trompito Rojas (5). Sacó todo y mantuvo el orden en la defensa, incluso ganándose una amarilla para cortar un peligrosa jugada. En los saques de área anduvo flojo. Protagonizó una maniobra incomprensible que nos puso en desventaja y provocó escozor entre quienes lo eligieron para el Gran DT.

Fundun (6). Fue uno de los pilares en la defensa, aunque le costó la salida. Como él mismo admitió, demostró que incluso cuando el Leñador no le da motivos igual encuentra con quién pelearse a los gritos. Preguntar por el Llanero.

Ramia (7). Salvo algunas salidas a cortar demasiado lejos del área, fue muy sólido en defensa. Y cuando el equipo lo necesitaba, se sumó al ataque.

Leñador (5). Arrancó bien, cortando mucho, aunque algo impreciso. Fue víctima de violencia inaudita e impune por parte del rival y perdió los estribos, se ganó una amarilla y sufrió el boicot de su compañero el Ogro Guzmán, ideólogo de su cambio. En el segundo tiempo entró y aportó lo que pudo. No tenía piernas. De los empeines ya se sabe.

Gómez (6). Jugando como media punta aportó peligro y generó fútbol, sobre todo cuando se asoció con Gaby. Se volvió intermitente cuando se quedó sin aceite su rodilla de Robocop. Un consejo: menos tunga-tunga, más lubricación.

Gaby (7). Fue el autor del gol y de dos casi-gol. El segundo fue infartante, en el área rival. Corrió más de lo habitual y generó fútbol. Pierde un punto por haber cometido la falta del final, que nos deja sin empate.

Guzmán (6). Habilitó a Gaby en el gol y dio otra asistencia que pudo haber significado una importante diferencia para La Furia. Brindó una cátedra sobre lenguaje al opinar sobre el desempeño del árbitro, en la cara del soplapito.

Javi (5). Jugó poco pero el otro seguidor de Robocop del equipo demostró que tiene calidad. En algunas jugadas le faltó desprenderse antes de la pelota, pero cuando le consigamos una rodilla nueva sabemos que su fútbol se va a hacer sentir.

Joe (4). No llevó el paraguas, por lo que pierde un punto. Corrió mucho los pocos minutos que jugó y hasta se ganó un patadón y la excusa para mostrar su pierna a la gente del diario y a las chicas de Unquillo.

Jopi y Chino. Disculpen, pero este cronista estaba más preocupado en putear a Moyano que en evaluar su desempeño. Otros podrán decir.

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