Mati

Matías Ronaldo
Apodo: Papi, Pipi y Pupi, según la hora del día
Ídolo: Guti, el arquero de Sucesos y Silvia Suller.
Un libro: Cómo cuidar el cabello en invierno, por Andrès Fundunklian.
Una frase: “La noche se hizo para salir y el día para apolillar”


Como diseñador es buen futbolista, como futbolista es excelente decorador de interiores. Nació entre Francia y Noruega, una esquina de barrio Yapeyú. Vagando por las calles descubrió al fútbol como un arma para poder sobrevivir y así le fue: sin guita y rebuscándosela por las noches en los boliches. Es amante de los animales exóticos: gatos, loros barranqueros, culebras hogareñas. Antes del fútbol probó con el bajo, pero se dio cuenta que tenía más levante comprándose una Mac y haciendo dibujitos cool.
Por una cirugía estética en la cabeza, no cabecea la pelota.. estamos intentando averiguar por qué tampoco la patea. Su clásica jugada es “la nochera”, la idea es dormir la pelota en el pecho y llevarla así unos 50 metros, una vez debajo del arco rematar y convertir. Nunca le salió, ni le saldrá. No conoce la derrota, no conoce la pelota, no conoce el día.
Recaló en La Furia en los comienzos del equipo -1938- recomendado por El Chino Perea, quien al descubrirlo con su hermana decidió coartarle cualquier posibilidad de éxito. Es recordado por su gol a la Selección de Surinam, en aquella gira del plantel en el que La Furia cayó derrotada ante el potente rival por 21-1. La hinchada lo odia y lo quiere al mismo tiempo, es un caso extraño. Aún se recuerda la bandera que le colgaron los fanáticos: “Hay balas y trabas”. Tuvo que pedir un diccionario para tratar de entender el mensaje cuasi-mafioso de la hinchada, liderada por aquel entonces por el ex “Abuelo” Rojas.